¿CÓMO DEBO AMAR A MI MARIDO?
Por lo regular,
a los hombres es más sencillo que a las mujeres de complacer en lo que al amor
se refiere.
Algunos
“estudiosos” afirman que la fórmula es “amor, sexo y comida”,
es decir que asumen que el varón no necesita más que eso para sentirse amado,
mientras que en el caso de la mujer la fórmula contempla una serie de elementos
interminables.
Sin embargo
pese a que esta aseveración es incorrecta, es parte de la misma imagen que la
sociedad proyecta del varón, pues a lo largo de la historia el hombre refleja
el valor, la frialdad, la dureza de corazón, y otra serie de “atributos” que
lejos están de reflejar la verdadera característica de este género, ya que en
su condición humana, al igual que la mujer tiene fuertes necesidades afectivas,
tanto de dar amor, como de recibirlo.
No podemos
apartarnos del hecho que la naturaleza del hombre esta orientada hacia la
objetividad, de ahí que el varón responde mejor a los estímulos que puede
percibir con claridad, sean visuales, auditivos, táctiles, olfativos y
gustativos. Mientras que la naturaleza de la mujer está mayormente orientada
hacia la subjetividad, reaccionando a estímulos tales como el romanticismo, los
detalles, las palabras bonitas, obsequios, etc...
<22> Las casadas estén sujetas a sus propios
maridos, como al Señor;
<23> porque el marido es cabeza de la mujer, así
como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.
<24> Así que, como la iglesia está sujeta a
Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.
<25> Maridos, amad a vuestras mujeres, así como
Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
<26> para santificarla, habiéndola purificado en
el lavamiento del agua por la palabra,
<27> a fin de presentársela a sí mismo, una
iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que
fuese santa y sin mancha.
<28> Así también los maridos deben amar a sus
mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
<29> Porque nadie aborreció jamás a su propia
carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia,
<30> porque somos miembros de su cuerpo, de su
carne y de sus huesos.
<31> Por esto dejará el hombre a su padre y a su
madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
<32> Grande es este misterio; mas yo digo esto
respecto de Cristo y de la iglesia.
<33> Por lo demás, cada uno de vosotros ame
también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.” (Efesios 5:22-33).
En el pasaje anterior podemos ver que tanto el varón como
la mujer tienen obligaciones dentro del matrimonio, estas las podemos resumir
en una sola palabra: “AMARSEN”.
Por lo tanto, así como el hombre tiene la obligación
delante de Dios de comprender las necesidades afectivas (y subjetivas) de su
mujer, las esposas, por su parte tienen la obligación de comprender las
necesidades afectivas (y objetivas) del esposo.
Dada la naturaleza del varón, a este
le agrada que su esposa siempre luzca bella para él, lo que implica que la
mujer debe hacer un esfuerzo por agradar a su esposo en este sentido. En el
aspecto sexual, la fisiología del hombre le demanda mayor deseo sexual. Observa
el siguiente pasaje de 1ª de Corintios 7:1-9:
<7:1>
En cuanto a las cosas
de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer;
<7:2> pero a causa de las
fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio
marido.
En esta porción Bíblica se
reconoce la necesidad sexual en ambos sexos
<7:3> El marido cumpla con
la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. <7:4> La mujer no tiene potestad sobre su propio
cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio
cuerpo, sino la mujer.
<7:5> No os neguéis el uno
al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente
en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a
causa de vuestra incontinencia.
A ambas partes se les
instruye el deber de cumplir con la relación sexual, resaltando que uno tiene
potestad sobre el cuerpo del otro ordenando que no se nieguen uno al otro para
tener relaciones sexuales cuando cualquiera de las partes lo deseé.
<7:6> Mas esto digo por vía de concesión, no por
mandamiento.
<7:7> Quisiera más bien que todos los hombres
fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de
un modo, y otro de otro.
En la anterior porción Bíblica el apóstol nos insta a que
todos fuésemos como él.
<7:8> Digo, pues, a los solteros y a las viudas,
que bueno les fuera quedarse como yo;
<7:9> pero si no tienen don de continencia,
cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando.
Esta porción es muy interesante, pues se dirige
a los solteros (varones) y a las viudas (mujeres), la razón estriba en la
naturaleza de ambos, pues el varón pese a ser “virgen”, su fisiología le
provoca fuerte necesidad sexual, de ahí que el apóstol recomienda “si ya no
puedes controlarte, cásate”, en muchas de las parejas de novios que caen en
fornicación, está fue mayormente promovida por el varón.
En cuanto a la mujer, su necesidad sexual es de
menor intensidad y regularmente se acrecienta una vez que tiene la experiencia
de practicarlo. Esto nos muestra la razón por la cual, las mujeres que no han
experimentado la relación sexual pueden más fáciles que el varón controlar esta
necesidad.
Al igual que la mujer, el hombre necesita saberse, y
sentirse amado, lo que percibe cuando la mujer se arregla para él, no se niega
sexualmente y es complaciente en este aspecto, le ofrece muestras de amor
(cariños y apapachos), respeta su autoridad, le toma en cuenta para tomar
decisiones, etc. Cada hombre al igual que cada mujer es diferente en relación a
sus necesidades afectivas particulares y la mejor manera de prodigar al cónyuge
el amor que este requiere es hablando abiertamente del tema, exponiendo todas
su necesidades afectivas.
Algunas mujeres, estiman prácticamente imposible agradar a
sus maridos pues sus cuerpos han sufrido cambios importantes, por lo que dicen
que no hay nada que hacer.
A ellas y ellos debemos recordarles que el amor es un
ejercicio de voluntad, por lo que todo aquel que camina bajo la voluntad y
dirección de Dios, reconoce que no es la apariencia externa la que nos hace
amar a la persona, sino la interna. Sin embargo, siempre resulta grato una
bella imagen, por lo que aun las mujeres que se sienten así, pueden lucir
bellas para sus esposos.
La comunicación clara y abierta es indispensable y fundamental,
ambos deben cuestionarse uno al otro que esperan entre sí y ser flexibles para
atenderse mutuamente.
Ninguno busque su propio bien, sino el del
otro 1ª Corintios 10:24
A CONTINUACIÓN EL CASO QUE DIO LUGAR A LA PREPARACIÓN DEL
TEMA ANTERIOR:
Cuando vi a
Rebeca después de 5 años, me costó trabajo reconocerla, pues la última imagen
que tenía de ella era de una linda chica delgada de cabello negro largo y
brilloso, cuyo rostro hermoso no utilizaba maquillaje, y ahora tenía por lo
menos mas de 15 Kg .
de sobrepeso, era rubia de pelo corto y usaba maquillaje de forma moderada,
aunque seguía siendo bella,
definitivamente la imagen última que vi de ella no concordaba con la actual;
así que una vez que me dijo: “¡Soy Rebeca, la que era novia de José Miguel!,
¿me recuerdas ahora?” - ¡Claro que sí!, te ruego me disculpes pero has cambiado
un poco, ¿cómo has estado?. Nos abrazamos con afecto, y comenzó a llorar
diciendo: “Necesito que me ayudes, pues creo que mi matrimonio se está yendo a
pique, José Miguel me va a dejar”. Así iniciamos nuestra conversación que
derivó en los siguientes cuestionamientos:
>-
Así que te casaste con José Miguel, yo le recuerdo a él como un hombre
entregado a Dios, ¿ya no lo es así?, ¿Por qué piensas que te va a dejar?
- José Miguel
sigue siendo un hombre amoroso de Dios y de su familia, es un buen padre y
pastor de mi hogar, pero siento que no me quiere, y que está conmigo por
compromiso, pues ya no me dice que me ama, o que le gusto, y me busca muy poco
para intimar.
>-
Vayamos por partes; si tu me dices que él es un hombre que ama a Dios entonces
él sabe que su responsabilidad entre otras cosas es amarte y hacerte sentir que
eres amada y respetada, ¿es que acaso nunca te lo hace saber o sentir?
- Bueno, en
realidad, el primer año de matrimonio fue maravilloso, todos los días me decía
que me amaba, salíamos juntos, ocasionalmente me sorprendía con flores. Durante
mi embarazo me cuidó de manera extrema, con mimos y cuidados y pese a mi
gordura me decía cuan bella yo era para él, y cuando nació el Bebé, José Miguel
seguía siendo muy cariñoso y amoroso conmigo pero no por mucho tiempo.
>-
¿A que atribuyes que dejo de serlo?
- No lo se, no
me lo explico, yo me he esmerado por atender a mi hijo, y a él también. Alguna
vez me dijo que me arreglara un poco, pero ¿es que no comprende que el niño
demanda mucho de mi tiempo?
>-
¡Espera un momento!, vayamos por partes. Dime como fue su vida sexual antes y
después del nacimiento del bebé.
- NO creo que
eso sea importante pero bueno. Antes era normal, y mucho más frecuente que
ahora, lo disfrutábamos mucho, y bueno, ahora que lo mencionas, Ummmmm… Después
del bebé él quería pero yo no, pues estaba muy cansada por atender al bebé y
una vez que creció el bebe, pues también me sigo canso mucho por los cuidados
de la casa etc. a veces él se ponía cariñoso conmigo, yo sabía lo que quería
pero, o le decía que estaba cansada y en la primera oportunidad me dormía, ¿es
esto importante?? ¿Qué los hombres solo piensan en sexo?
>-
Tu dices que percibes que él no te busca para intimar, eso quiere decir que te
das cuenta y te preocupa, dime algo con sinceridad, ¿hacen el amor solo cuando
tu quieres, cuando él quiere, o cuando ambos quieren?.
- Mira, no me
había puesto a pensar en esto, hasta ahora. Cuando no había bebé, no es que yo
pensara en si quería o no hacerlo, era algo como mágico, sencillamente lo
hacíamos, no puedo decirte si yo quería o no, lo que si puedo decirte es que
siempre lo disfrutaba. Después del bebé, me da pena, pero debo reconocer que
solo acepto cuando yo tengo ganas, y lo curioso es que él siempre está
dispuesto. No se que pensar.
>-
¿Experimentas algún tipo de inhibición, es decir que él quiera hacer algo que
tu no quieras durante la intimidad?
- Al principio
sentía un poco de vergüenza por ciertas caricias y posiciones, pero comprendí
después que el sexo es una Bendición de Dios y que casi todo está permitido en
la intimidad del matrimonio mientras no atente contra la naturaleza.
Y bueno, ambos
tenemos claro las aberraciones que no agradan a Dios, las mismas que menciona la Biblia , y también usamos el
sentido común, así que no hay problema en ese aspecto.
>-OK,
cambiemos el tema, me dices que te ha dicho que te arregles, ¿Por qué crees que
te ha pedido esto?.
- Bueno, pues
todos los hombres son iguales, él seguramente me quiere ver como cuando yo era
señorita, delgada y bonita, hoy me ve gorda y no me quiere así, no entiende que
tuve a su hijo y que no puedo ser igual que antes, además él también engordó y
yo así lo acepto….
>-
¡Espera… ¡Espera un poco!, no tomes una actitud defensiva, ni pienses lo que no
es. Quiero que pienses un poco en que momento te dice que te arregles un poco,
es decir cuando te dice eso.
- ¡Perdón, pero
es que estoy desesperada!... bueno…. Él me lo dice cuando llega a casa ya sea
en al mediodía o por la noche.
>-
¿Nunca te lo dice en la mañana cuando se va a trabajar?, ¿Cuál es la razón por
que te pide eso?, ¡Por favor, se sincera!
- En realidad
jamás me lo pide cuando lo despido por las mañanas al preparar su desayuno, y
si debo confesar que muchas veces me encuentra igual a mediodía y por la noche,
pues si no tengo a que salir de casa, me la paso en bata todo el día, o en
pijama, incluso a veces así me voy a dejar a mi hijo a la escuela, que esta muy
cerca de casa, a solo unas cuadras, ¿crees que hago mal?
>-
¿Te ha dicho alguna vez que te pongas a dieta?, ¿ha objetado tus peinados y
tintes de pelo o tu maquillaje?
- NO me ha
dicho abiertamente que me ponga a dieta pero si me lo ha insinuado, según dice
que es por salud, pero yo se que en fondo quisiera que tuviera cuerpo de
modelo; y de mi pelo no me dice gran cosa, y a de ser muy nostálgico porque
seguido me dice que le gustaba mucho mi pelo cuando era largo, pero él debe
entender que las mujeres somos así y que necesitamos cambios, y debe quererme
así ya que soy su esposa.
>-
¿Te ha dicho que te va dejar, o son suposiciones tuyas?
- NO me lo ha
dicho aun, pero yo lo percibo, pues cuando vamos a la Iglesia o salimos juntos y
encontramos amigos o amigas de nuestra generación, él a las mujeres les dice
cuan guapas están, y seguido me dice, mira que bien se ve fulana o zutana, como
luce de bien perengana, y para mi eso quiere decir que se fija en otras mujeres
y que le gustan otras mujeres.
>-
Me dices que son amigos de tu misma generación, dime algo ¿esas mujeres de
quien él reconoce su belleza, están gordas y tiene hijos como tu?
- Bueno, aunque
no son unas modelos como en nuestra soltería, reconozco que algunas están mas
delgadas que yo, y si… Si tienen hijos, algunas hasta más que yo, pero ¿Qué
importa eso?, ellas son ellas y yo soy yo.
>-
¿Cuando le dice a esas mujeres cuan bellas están, lo hace de manera soez,
vulgar, con lascivia o irrespetuosamente?
- ¡No, no!, ¡de
ninguna manera!, si algo tiene, es que es bien educado, el usa expresiones
tales como: “hola, que bien te ves”, o “que guapa, ¿vas de fiesta?”, o “se te
ve bien ese vestido” o “ese peinado”, etc.”, y siempre lo hace frente a mi o en
la presencia de sus esposos. Definitivamente no creo que lo haga de mala
intención, pues ama a Dios por encima de todo, y siempre dice que su testimonio
es muy importante. Mas bien creo que lo hace para que yo sienta que también
puedo verme así, no se que pensar
>-¿Nunca
más te ha dicho que le gustas o que te quiere?
- Mira, si me
lo ha dicho, cuando le gusta una ropa que traigo puesta me dice que me veo
bien, o cuando me peino de tal o cual forma me dice: “me gustas así”, y si de
repente cuando se va en las mañanas me dice de vez en cuando “te quiero mucho”,
pero ojo es de vez en cuando, ya no como antes… ¿Qué hago? ¡Aconséjame!
>-
¿Respecto de la atención que él requiere de su ropa, alimentación, e incluso
cariño, no me has dicho nada, que me puedes decir al respecto?
- Creo que no
hay queja de su parte, pues la casa la tengo en orden, a menudo le guiso lo que
le gusta, por cierto él celebra mucho mis comidas, su ropa la mantengo muy bien
arreglada, limpia y planchada y de ser cariñosa, pues…. A veces si lo soy, es
que, como que siento su rechazo, o no quiero que piense que si soy cariñosa con
él es porque quiero algo, y bueno soy muy cariñosa con su hijo, ¿Qué más
quiere? ¿No estoy bien?
>-
¿Te ha sugerido alguna vez, buscar consejería pastoral, o te ha mostrado Bíblicamente
cuales son tus responsabilidades conyugales?
- No me ha
sugerido consejería, yo hoy vengo a ti porque te tengo confianza y estoy
desesperada, lo que si ha hecho es mostrarme en la Biblia lo que es mi
responsabilidad como mujer y bueno, ¿creo que cumplo?, ¿o tu piensas que no?....
¿Tu que piensas
amado lector(a) sobre este dialogo?
Si estas pasando por esta crisis estas
ahora a punto de corregirla a la luz de la Santa Palabra de Dios; búscala
y deja que sea Dios el que te ilumine y guié en tu hogar.
Los problemas
en el hogar pueden existir por diversos motivos y traer innumerables
consecuencias.
Pero es cierto también que todos, y cada uno de nosotros,
podemos transformar esta situación si logramos relacionarnos abiertamente con
Dios por medio de Jesucristo.
Con Dios tenemos la posibilidad de tener una
relación fuerte y sincera, libre de tapujos y culpas.
Una relación en la que
podemos mostrarnos como somos, con nuestras debilidades, miedos y errores.
Una
relación en la que no tenemos nada que perder y mucho que ganar.
Que la paz de
Dios, Su luz y Su Santo Espíritu sean para siempre en tu vida y hogar y sean tu
eterna compañía para vencer los obstáculos y derrame abundantemente Bendiciones
sobre ti y todos los tuyos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario