La misión de la familia
Introducción:
Cuando
hablamos de la "misión que Dios nos encomendó", frecuentemente
pensamos en "allá afuera", o "allá lejos", donde viven los
"perdidos". Y como "están lejos", no están dentro de
nuestro alcance. Y nos quedamos tranquilos con este pensamiento.
Sin
embargo, necesitamos reconocer que la misión está mucho más cercana a nosotros.
Las
parejas y las familias, en muchos casos, están en crisis. Matrimonios que se
forman mal, dejando a Dios de lado. Jóvenes que crecen, dentro de la propia
congregación, con una visión "mundana" de pareja y matrimonio.
Maridos, esposas; Padres; que ponen lo terrenal en primer lugar; hijos que
crecen con esa visión. Divorcios como algo normal. Decimos que la familia está
en crisis. Quizá la propia familia. O la de mi hermano. O la del vecino o
quizás la de un pariente muy cercano a nosotros…
Ahí
está mi gran misión. Porque los valores del Reino de Dios se están descuidando;
no se están realizando. Y si fallan ahí, difícilmente llegarán más lejos.
Porque
la perdición se mete dentro de la propia casa de los cristianos. Y dentro de la
propia iglesia. Y esta perdición es tan grave como la de los paganos que viven
lejos.
Por
ello:
1-
La familia tiene una misión para con sus propios miembros:
Satanás
ataca fuertemente las bases de la familia.
Por
ello la familia debe permitir la presencia de Dios en su medio.
Cuando
Dios participa con su presencia en la familia, el Espíritu Santo puede realizar
su acción transformadora.
El
primer responsable por la familia cristiana es ella misma, comenzando por los
padres, que planifican, (o no) una familia cristiana desde antes de casarse.
Y
se casan. Y cultivan la unidad y la armonía en la pareja. Y apuntan hacia
la formación sana de los hijos, y la unidad del grupo: en amor, igualdad,
respeto, protección, servicio a Dios, apuntando de este modo al desarrollo
integral de cada uno de sus miembros.
La
familia que descuida la misión que Dios le encomendó hacia ella misma, no
aportará mucho a la misión que Dios espera de sus hijos.
Dios
puede y quiere salvar a la familia. Nos invita a participar de esta importante
misión.
2-
La familia tiene una importante misión para con la iglesia:
¡Pobres
iglesias son las que no tienen familias de buena salud! Poco ayudará a otros,
ya que tienen la enfermedad adentro, que la vuelve débil, floja y desganada.
Las
familias sanas son las que forman iglesias sanas, capaces de servir eficientemente
a Dios y a la sociedad.
Las
familias sanas pueden ayudar a la iglesia, en primer lugar, a formar más
familias sanas, construidas sobre los principios Bíblicos para que cada persona
que forma las familias y la iglesia, encuentre desarrollo, la libertad, la
plenitud, la vida y la esperanza que Dios quiere regalarle.
Y
en segundo lugar, las familias sanas ayudarán a la iglesia en su misión, con
palabras, ejemplos y acciones concretas que difundan la salvación de Dios a su
alrededor.
3-
La familia tiene una importante misión para con la sociedad:
Así
como la familia es la base, el eje de la iglesia, lo es de la sociedad toda.
A
partir de esta realidad, nuestra sociedad decadente necesita, más que de muchas
iglesias, muchas familias que puedan estar en misión, para recibir la
influencia sanadora integral de Dios. La iglesia nunca podrá reemplazar a la familia. Pero la
familia es la primera iglesia.
La
iglesia se puede volver una institución fría y poco útil para la misión de
Dios, pero la familia nunca podrá dejar de ser familia, y cuando es cristiana,
estará participando en la misión hacia la sociedad.
La
familia, mejor que nadie, puede participar e involucrarse en las cuestiones
comunitarias, de barrio, comisiones de padres, actividades deportivas,
culturales, educativas y sanitarias de la sociedad en la que vive.
La
iglesia no podrá hacerlo tan naturalmente. Ni tan efectivamente.
La
familia cristiana tiene una importante misión para con la sociedad. Y allí puede
hacer mucho bien de parte de Dios.
Hagamos
de nuestra familia un centro de atención efectiva para Glorificar a Dios a
través de ella.
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